En estos primeros días de julio en los que el sol comienza a brillar con fuerza, podemos disfrutar en el entorno de la cueva de un gran número de mariposas que nos deleitan con sus bellos colores. Entre ellas se encuentra una de las mas grandes (64-76 mm) y mas buscadas,
Parnassius apollo o pavón diurno.
Posee dos grades ocelos rojos con borde negro que varían mucho de una población a otra.
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Parnassius apollo alimentándose de néctar en un cardo |
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Vista de los ocelos |
Solamente vuelan si luce el sol, si se nubla se posan en el suelo. Si son molestadas despliegan una glándula amarilla que poseen de tras de la cabeza que desprende un olor desagradable para sus depredadores.
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Pavón diurno posado en el suelo |
En muchos lugares de la Península ha desaparecido por la acción humana, en la Cordillera Cantábrica aún es abundante aunque se encuentra amenazada por el cambio climático, el coleccionismo y los cambios en el uso del terreno. Al parecer las larvas necesitan el frío y el manto de nieve para su desarrollo.
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Parnassius apollo entre la hierba del páramo |
Esta especie esta protegida por el Convenio de Berna, el convenio CITES y la directiva Hábitats, y aparece como vulnerable (VU) en el lista roja de las especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
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